La unión entre los hermanos en las familias del rancho sudpeninsular: una legendaria tradición de unidad y armonía

 Autor: Sealtiel Enciso Pérez

En los ranchos de Baja California Sur, una de las características más destacadas ha sido la fuerte unión y armonía entre los hermanos. Desde tiempos ancestrales, las familias sudpeninsulares han demostrado una legendaria tradición de solidaridad y apoyo mutuo, donde los hermanos mayores se encargaban de cuidar a sus hermanos menores y colaboraban en las tareas del hogar y del rancho. Esta estrecha relación entre hermanos ha sido un pilar fundamental en la vida cotidiana y en la construcción de la identidad familiar en la región.

En los ranchos, las hermanas mayores han asumido un papel crucial en el cuidado y la crianza de sus hermanos menores. Desde temprana edad, las hermanas mayores han asumido la responsabilidad de ser protectoras y guías para sus hermanos más pequeños. Se encargaban de velar por su bienestar, brindándoles cuidado, atención y cariño. Estas hermanas mayores también desempeñaban un rol importante en las tareas domésticas, colaborando en la preparación de alimentos, la limpieza y el cuidado de la vivienda.

La colaboración y el apoyo mutuo entre hermanos también se extendía a los hermanos mayores, quienes contribuían activamente en las actividades del rancho. Desde una edad temprana, los hermanos mayores aprendían las labores propias de la vida en el campo, trabajando junto a sus padres en las tareas agrícolas y ganaderas. Participaban en el cuidado del ganado, la siembra de cultivos y la cosecha, aportando su fuerza y habilidades al sustento de la familia y al desarrollo del rancho.

Esta unidad entre hermanos, tanto mayores como menores, ha sido fundamental para la supervivencia y prosperidad de los ranchos sudpeninsulares a lo largo de la historia. La colaboración y el trabajo en equipo permitían enfrentar los desafíos del entorno, como las duras condiciones climáticas y las tareas exigentes propias de la vida rural. La unión entre hermanos se traducía en una distribución equitativa de las responsabilidades y en la posibilidad de superar obstáculos de manera conjunta.

Además de las responsabilidades compartidas, la relación entre hermanos en los ranchos también se caracterizaba por el apoyo emocional y la solidaridad. Los hermanos mayores brindaban consejos, protección y apoyo moral a sus hermanos menores. Juntos compartían risas, juegos y momentos de alegría, fortaleciendo los lazos familiares y creando recuerdos que perdurarían a lo largo del tiempo.

La unión entre hermanos en los ranchos también ha contribuido a la preservación de tradiciones y valores familiares. Los conocimientos sobre la vida en el campo, transmitidos de generación en generación, se han preservado gracias a la colaboración entre hermanos. El respeto, la lealtad y la solidaridad, valores fundamentales en las familias del rancho, se han fortalecido a través de esta estrecha relación fraternal.

A pesar de los cambios sociales y la evolución de la vida rural, la tradición de unidad entre hermanos en los ranchos de Baja California Sur sigue siendo valorada y transmitida a las nuevas generaciones. Esta legendaria práctica de apoyo mutuo y colaboración continúa siendo una piedra angular en la construcción de la identidad familiar y en el mantenimiento de la vida comunitaria en los ranchos sudpeninsulares.