miércoles, 28 de junio de 2023

Los ranchos de Baja California Sur: Una infancia llena de responsabilidades

 

Autor: Sealtiel Enciso Pérez

En los pintorescos poblados y ranchos de Baja California Sur, la vida cotidiana estaba estrechamente ligada al trabajo y la supervivencia. En un entorno rural, los niños de 8 años en adelante eran integrados en las labores del hogar desde temprana edad, desempeñando actividades sencillas pero de gran importancia para el funcionamiento de la vida diaria en el rancho. Ellos aprendían desde pequeños el valor del trabajo duro y la responsabilidad, convirtiéndose en pilares fundamentales de la comunidad.

Acarrear agua era una de las tareas más comunes asignadas a los niños. En un entorno donde el acceso a agua potable no siempre era fácil, los ranchos dependían de fuentes naturales o pozos para obtener este vital recurso. Los niños se convertían en incansables portadores de cubetas y tinajas, recorriendo distancias considerables para proveer de agua a sus hogares. Aunque esta labor podía resultar agotadora, los pequeños se sentían orgullosos de su contribución al bienestar de la familia.

Otra de las responsabilidades que recaía sobre los hombros de los niños era la limpieza de los patios. Los ranchos solían contar con amplias áreas al aire libre, donde se realizaban diversas actividades. Era común que los niños fueran los encargados de barrer y mantener estos espacios limpios y ordenados. Esta tarea no solo contribuía a la estética del lugar, sino que también ayudaba a prevenir la proliferación de insectos y roedores, garantizando así un ambiente más saludable para todos.

La participación de los niños en las faenas del campo era también esencial. Desde temprana edad, aprendían a colaborar en las labores agrícolas y ganaderas, como sembrar y cosechar cultivos, alimentar al ganado y cuidar de los animales. Estas actividades no solo fortalecían los lazos familiares, sino que transmitían conocimientos ancestrales y fomentaban el respeto por la naturaleza y el entorno.

Además de estas responsabilidades domésticas, los niños también eran integrados en la vida comunitaria. Participaban en festividades locales, ayudaban en la organización de eventos y aprendían de las tradiciones y costumbres transmitidas de generación en generación. De esta manera, se fomentaba el sentido de pertenencia y el respeto por las raíces culturales de la región.

Es importante destacar que el trabajo de los niños en los ranchos de Baja California Sur no se consideraba explotación laboral, sino una forma de enseñanza y aprendizaje. A través de estas responsabilidades, los pequeños adquirían habilidades prácticas, desarrollaban valores como la disciplina y la solidaridad, y aprendían a valorar el esfuerzo que implicaba el mantenimiento de un hogar y una comunidad.

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